El oficio de pintar se construye con la disciplina de poner en marcha un circuito que incluye ideas conscientes o no, percepciones, estados de ánimo y nuestra corporalidad que con apéndice en la mano se continúa en ese “exosoma” de pinceles, espátulas, acrílicos oleos, telas, maderas, cartones, muros etc. Sin embargo la conexión creativa deriva del deseo que pulsa los desplazamientos y coreografías, tomas de distancia, cavilaciones e intervenciones en pos de la luz y las formas. Así se materializan las imágenes que ingresarán a ese circuito de percepción e intervención tantas veces como el juicio estético lo requiera hasta llegar al cuadro final.
Muchas expresiones del arte plástico actual no derivan de un proceso mental y físico como el descrito (me permito llamarlo paleotécnico) que permanece desde los albores de la humanidad
Las instalaciones, performances y la tridimensión en general son formas genuinas del arte de hoy que aprecio, su calidad depende de su poética como el arte de todos los tiempos. Sin embargo, por su diferente modo productivo creo que constituyen otra especie, una nueva en que la primacía conceptual, neotecnológica y eventual exclusión corporal en la ejecución de la obra permiten suponer a estas formas dentro de otro taxón del arte. Las bienales más destacadas y muchas galerías han desplazado erróneamente su preferencia a las neotecnologías y al conceptualismo como si hubiera que optar, confinando al arte tradicional a una larga y abolida etapa.
Todas las pinturas que muestra esta pantalla están digitalizadas, no por gusto sino como solución a las restricciones que la distancia y el carácter de objeto único imponen. Pero no han sido concebidas como pinturas digitales. Sin embargo -y esto sí cabe a la pintura aunque pienso que como género menor- la computadora (que hace posible este sitio y la divulgación de mi obra) puede actuar también conmutando de la mano en adelante el circuito ya descrito (Pinceles, espátulas, trapos, colores, telas) para llegar a una copia bidimensional.
Confieso que para mi tiene menos gracia. Hay menos placer en la realización, menos cuerpo puesto en juego. Pero vale, puede ser fuente inagotable de bocetos o producto final; no lo discuto. Hasta hoy he trabajado prácticamente sin modelos.
Aunque debo aclarar que no aceptaría una equiparación de ambas formas de pintar. Hace tiempo he realizado algunas pinturas digitales y recientemente retomé el ordenador en búsqueda de algún insumo para llevar a las telas.
En ocasiones parto de una base neutra, en otras uso bases fotográficas pero con más frecuencia la foto de la obra de un maestro preferentemente barroco o a veces una de mis pinturas, de modo que una puede ser reformulación de la otra. En esta sección presento algunos de estos ensayos.